En torno a mi siento ya el frío y la pesadez de la muerte,
Escucho ahora los cánticos fúnebres en la suave brisa otoñal
Y más allá, en el horizonte alcanzo a ver el verdor de las puertas del Tártaro
Que se abren incitándome a entrar en ellas.
Retozan las pesadillas a los pies de mi cama,
Vive sonriente la gangrena entre mis sábanas rozando mi piel,
Ha callado el miedo sus aullidos y me mira cruel e indiferente,
Decadente languidece su otrora despiadado mentor.
Fluyen ya de mis manos los recuerdos atrapados
Brotan de mis ojos las palabras salinas
Y escurre de mi boca el negro adagio
Que se escribirá en el mármol de mi tumba.
Por favor, decora mi féretro con tus besos,
Entiérrame en lo más profundo de tu alma
Y deja que me pudra en el más lejano recuerdo.
Sé que un día he de volver a pisar ésta tierra,
Miraré de nuevo tus ojos en otro cuerpo
Y besaré de nuevo los labios de la muerte
Y su beso, aquel beso helado no será para mi ningún mal.
Fui el demonio de tu vida, el azote de tu alma,
Llevas las cicatrices en tus adentros y por mí no derramarás una sola lágrima,
Pero por favor, entiérrame profundo en tu recuerdo.
Eclosionará de éste cuerpo indigente
La furia alada con alas de plata y cristal
Y remontaré el abismo con las almas desterradas,
Esperando a ver caer la tuya
Esperando a verte morir.
1 comentario:
mas fluido!!! me agrada mucho cuando escribes así, no tan forzado y me encanta cuando le pones un final!!!
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